Tiempo perdido o tiempo ganado?

30/04

La Antigua Viña/

Caminan calle arriba las horas perdidas. Aguardan puntuales mis horas pasadas, calle abajo.

El tiempo no pasa igual en todos los barrios.
La arquitectura, la idiosincracia, los objetos y los sujetos, la fisonomía de los portales, los árboles, las plantitas que cuelgan de los balcones, los parques, todo, todo hace al tiempo lo que las velas de las embarcaciones a vela, hacen al viento. Lo usan, lo modulan, lo acompañan, se acoplan, lo rechazan, se separan, tanto, que al final parece un texto de Oliverio Girondo. En definitiva, que interactúan con él.

Cada barrio deja pasar suavemente unas horas, entre las grietas de sus vidas, y en cambio, se cierra a cal y canto para otras. Pasará, pasará, pero el último quedará, rezaba la canción de un viejo juego infantil.

Hay barrios donde las horas del amanecer son eternas, donde las noches se aferran a las paredes, a las legañas, a las arrugas amorosas que dejan las almohadas en la piel, a los frenos de los automóviles, a los dedos acariciadores de los zaguanes del alba y otros, en que desde la medianoche al mediodía solo cabe un beso de despedida.

Andan en mi barrio, desconcertadas y con arritmias, horas y minutos. Tanto le da por frenarlas, como les abre todos sus semáforos en verde. No saben estas horas si son liebres, o tortugas. Serán lo que le pique en la nariz a mi calle. Harían mejor en ser lagartos, así podrían convertirse en estampados inmóviles sobre las paredes o correr a la velocidad del desasosiego.
Así, yo me senté a la mesa de La Antigua Viña hace trece años, y hoy ya han pasado dos vidas y tres pantallas.

Hay días que en un parpadeo, adelantas tres casillas y la digestión se vuelve a llamar hambre, y otros en que las siestas son eternas, como las de la infancia, cuando el mundo se dormía para que los niños lo llenásemos de sentido.
De esta guisa nunca sabemos el tiempo que dedicamos a nada.
No es el tiempo una moneda fiable. Te he dedicado lo mejores años de mi vida, no quiere decir nada, ya que es cuestión que pudo resolverse en un visto y no visto, o no resolverse jamás. El tiempo es oro, eso podría ser cierto, dada la montaña rusa de bajadas y mas bajadas que experimenta el oro últimamente.
En mi barrio, solo una apreciación del tiempo sigue siendo inalterablemente cierta: Tu tiempo es hoy. Y hoy puede ser todo el tiempo de tu vida.
Pobre conejo de Alicia si tuviese que emigrar -con o sin papeles- a mi barrio.
Que vuestras horas os duren lo necesario, a todas y a todos!

Sábado impreciso.

27/04

Desde mi ventana/

Lluvia constante que te moja desde el final de los sueños, desde antes del despertar.

Agua regadora. Vecinos y vecinas se esconden en los portales, las marquesinas, los zaguanes, los parasoles.
El alma no, el alma se moja hasta la camiseta, bajo esta lluvia persistente y urbana.
Sábado pasado por agua. Receta para un sábado de cine o lectura desde el lado seco de los cristales.
Sábado empañado, brumoso. Pero no por eso menos sábado. No, hoy toca lo que toca, llueva o no. Hoy celebramos que aguantamos otra semana, hoy lanzaremos el arresto y mañana descansaremos.
Este es el ciclo vital. Trabajar toda la semana, aguantar, malvivir o vivir poco y finalmente, llegar al día de la fiesta.
Después vendrá la resaca, el fútbol del domingo, la siesta profunda con sonido de radio vieja, y vuelta a empezar…

Pero ahora ha dejado de llover.
Un sol blanco, mas plata que oro su luz, hace brillar las superficies aún mojadas. No las seca, solo las hace brillar…
Anda la tarde como el rabo de los perros asustados, enroscándose donde puede.
Anda el horizonte escrutándose a si mismo. Cara o cruz? La moneda salta dando vueltas y queda finalmente suspendida en el aire.
Buena tarde y mejor noche, a todas y todos!

Llanto por dragones muertos.

24/04

La Antigua Viña /

Miércoles sereno, apocado. Será que matar dragones nos tranquiliza.

No, no me siento honrado de mi tocayo San Jorge, matador de dragones. Matador de bichos raros, únicos, bellos, fogosos.
Parece que es una afición compartida por santos y reyes eso de matar bestias fabulosas. Cualquier día celebraremos la caza del unicornio azul, se ponga como se ponga Silvio Rodriguez, aunque la divertida versión de Leo Masliah ya hizo su propia escabechina del unicornio revolucionario.
Pero, muerto el dragón, solo nos queda la planicie, la tristura de lo correcto.
Llanto por dragones muertos. Parece el nombre de un tema del flaco Spinetta.

Miércoles mirador. Anda el barrio con los ojos bien abiertos, mirando en todos los rincones, inspeccionando, buscando culpables o inocentes, lo mismo da, pero alguien que cargue con todo!
Al que yo coja y lo apriete / caminando / ése la paga por todos /caminando / a ése le parto el pescuezo / caminando / y aunque me pida perdón / me lo como y me lo bebo / me lo bebo y me lo como / caminando / caminando / caminando, canta el son de Nicolás Guillén. Poeta mestizo, cubano y revolucionario.

La calle transita demasiado en orden, demasiado cívica. En los semáforos se espera con paciencia, se cede el paso a quien le corresponde, se saluda educadamente.
Día lavado, aseado. Tanto que da un poco de grima tocarlo, pisarlo, tirársele encima con todo el ansia, toda esta suciedad tan contagiosa y vacilona.
Es este día como esa vajilla, regalo de la prima tercera, del tío segundo de la abuela materna  y que nadie usa por miedo a romperla.

Es en los corazones donde bulle hoy el caos, la contestación, donde se combate la soledad con alma de trincheras, con las armas que se puede, que se tiene, es decir, con el deseo a flor de bala.
Miércoles y las casas llenas de rosas por cuidar, de libros por leer, de amores por hacer, todos y todas!

Náufragos del sábado.

21/04

La Antigua Viña/

Corre la semana los últimos metros y llega a la meta.
Quedan en el barrio las huellas del vendaval, porque ayer fue sábado.

Así amanece este domingo castigado de resacas, de insomnios penitentes, de zaguanes usados por tanto amor desbordado, naufragado, hundido, pero nunca ahogado.

Se ha bailado en mi barrio, se han frotado los cuerpos unos con otros, se han mordido las bocas, las unas a las otras. Se ha rasgado el silencio, se han rasgado los velos mohosos de la soledad, se ha copulado en la plenitud del alba, se ha escupido al recato y la falsa virtud, se han roto los diques de la contención. Se han arrasado las vergüenzas. Las ajenas, porque las propias se han desflorado en el primer compás de la música bastarda de esta fiesta pagana.

Amanece hoy mi barrio con el silencio de los platos rotos, de los pasos turbios que no encuentran el camino de regreso a casa.
Amanece este domingo a los cuatro vientos, sin amarres, con su sol certero y su brisa.
Amanecen los ojos hinchados y las bocas pastosas. Amanecen entrelazadas las almas.
Amanece el barrio con el olor del pan en el horno y el asilo generoso de las almohadas.
Amanece este domingo manchado de sábado.
Buen despertar a todas, a todos!

Entre miércoles y domingo, todo es sábado.

18/04

La Antigua Viña/

Avanza la semana caminito del sábado. El clima le acompaña con su mejor sol.
La calle mueve sus fichas, vecinos y vecinas hacemos nuestros números, y a quien mas quien menos,  a todos nos faltan dos días.
Hagan juego señores y señoras! Donde está ese sábado glorioso? Está aquí, allí, o está allá? Pruebe su suerte señora, levante su nuez y si no le sale jueves o viernes su pena, será sábado de gloria. Anímese vecino, pruebe su suerte y gane dos días… Canta el trilero de los días regalados.
Yo hice mi apuesta y gané uno, así mañana, mi viernes ya será sábado.

La terraza saluda a los que pasan y los invita a sentarse. Tómese un respiro con café, o con una cañita helada, o con su anís del mono, señora, o su carajillo de ron, señor. O al revés si lo prefieren, que cada quien tiene sus gustos y nadie es perfecto. Y para los niños, tenemos refrescos sin aguardientes, que no pican los dientes!

Anda mi calle, mi Torre de Babel, disfrazada de mercado oriental, de casbah. Con sus encantadores de serpientes, sus vendedores de especies, sus cuentacuentos, sus mil y una noche y su cueva de ladrones, que nunca faltan. Ni en los cuentos infantiles.
Anda inquieta mi calle de izquierda a derecha, anda apurada mi calle, pisándose su falda de faralaes con las prisas de llegar antes que nadie al sábado soñado.
Apuran el paso vecinas y vecinos, apuran los automóviles el ámbar de los semáforos, apuran los niños las tablas de multiplicar: lunes por miércoles, igual a sábado y me llevo dos, a ver si cuela.
Andan los mozos lustrando las puntas de sus botines, andan las mozas abriendo en canal sus escotes, andan y andamos todos y todas tarareando a Vinicius a ver si esta noche nos llueve un sábado fiestero.
Andan los aéreos preparando saltos y vuelos para celebrar el día internacional del circo, el sábado, claro.
Anda mi corazón esperándote tanto como mis manos y mis besos.
Que este jueves, os toque la nuez del sábado a todas con todos!

Domingo republicano.

14/04

La Antigua Viña/

Domingo apacible, a paso lento y despreocupado. El barrio lagartea en las aceras generosas del Paralelo, los vecinos y vecinas, nos saludamos con la parsimonia que da el no tener nada mejor que hacer.
Anda el tiempo perdiéndose en los rincones del alma, hurgando en la memoria, con la misma facilidad con que los niños se cuelan en los terrenos baldíos del barrio, sin otra finalidad que matar las hormigas y las horas tempranas y desveladas de la siesta.

Pasa una pareja besadora sin mirar por donde pisa. Ni falta que hace! parecen pensar los que se apartan esquivando el choque, con un rictus en la boca a medio camino entre la sonrisa y la envidia. A sus labios les faltan esos otros a los que besar hasta la ceguera.

Pasa un padre empujando un cochecito de bebé en cada mano, y una pila de abrigos y jerseys diminutos amontonados en cada hombro. Con un movimiento incómodo del alma, estira su cuello hasta el desgarro, para ver mas allá de las ruedas delanteras de los cochecitos. Me recuerda a Oddball, el tanquista que interpreta Donald Sutherland en «Kelly’s Heroes», dirigido por Brian G. Hutton. Pobres niños si su padre se parece a Oddball, pienso.

La molinera jubilada hace días que no pasa, y sin ella, esta primavera está descolorida, sin ella el barrio anda confundido y alicaído. Sin ella este domingo es un lunes cualquiera.
Sin ella este 14 de abril tan republicano, se torna monárquico y de derechas.

Domingo republicano de mesas familiares, de resacas mal disimuladas, de sueños incompletos, de vigilias laicas.
Domingo día de fútbol, y hoy ni te cuento!

En mi infancia los domingos se llamaban tarde de cine. Tres y hasta cuatro películas al hilo en la sesión continua de los cines de la calle Lavalle, en Technicolor y Cinemascope. Allí acompañé en mil aventuras a Gary Cooper, John Wayne y kirk Douglas. Al anochecer volvía a casa al galope tendido, a rienda suelta e imaginación desbocada. El lunes quedaba entonces tan lejos!

Domingo para los cuatro exploradores perdidos que pasan en este instante delante de mi, con sus mapas imposiblemente grandes e incomprensibles, sus mochilas cargadas a reventar de todo lo que no hace falta, sus sombreritos ridículos al estilo de «La Isla de Guilligan» y sus botas de patear caimanes. Alguien debería decirles que están en medio de una ciudad. Y que esos bichos negros y amarillos que pasan rugientes, se llaman taxis y no tigres, aunque por dentro huelan igual.

Endomingarse para no morir de melancolía. Para caminar las calles de tu barrio silbando bajito. Para saludar la belleza de las mozas que se pasean enredando en los istmos de sus escotes, las miradas azoradas de los mozos.
Domingo para que mis manos extrañen tu cintura, para que mi alma se añore de la tuya. Domingo en las cocinas y en los fogones, domingo en todas y cada una de las fichas caídas del dominó de los jubilados.
Domingo y 14 de abril, feliz día de la República! La de todas y todos!

Tibiezas.

10/04

La Antigua Viña/

Lentamente el clima avanza y se instala en las calles, toma posición de salida.

Son sin embargo estos días los primeros que olvidaremos cuando el calor aporree las puertas y nos llame a celebrar.
Si, estos días de primavera incipiente, tan parecidos al inicio del otoño o al final del invierno, este tiempo incierto y mestizo, este tiempo que se deshace entre los dedos, este clima indefenso ante estas ganas inmensas de que el sol nos caiga a chorros sobre las cabezas, no dejará mas señal que una sonrisa en medio de una carcajada.

Son estos días, hermosos, por su inestable condición de equilibristas desequilibrados, que se bandean de un lado a otro en su lucha por no caer y hacerse añicos en la explosión del verano.
El barrio les da asilo en sus portales semiabiertos, en sus mangas de camisa recogidas, en sus faldas al vuelo. Andan los perros contentos bailando sus rabos para celebrar esta tibieza, andan las mozas con la piel de durazno en la desnudez anticipada de sus brazos blanquecinos, andan los mozos con ganas de morder esos melocotones tempraneros. Andan los jubilados tejiendo cálidas rebecas en su paciencia, andan los niños con sus bigotes blancos de leche tibia. Anda el barrio cociéndose a fuego lento.
Así es esta primavera que te espera al pié de tu avión, ella te abrazará primero, luego te besaré yo.
Feliz clima a todos, todas!

Domingo manso.

07/04

La Antigua Viña/

Solecito fresco, solecito dominguero.
La calle pasea familiar, a tranco corto, al ritmo de los mas pequeños, de los que estrenan zapatos al mismo tiempo que estrenan los primeros pasos.
Hoy en el barrio es difícil saber que hay mas, si cochecitos de bebé o perros con correa (los perros que van en brazos y los niños con patinete no contabilizan) hagan sus apuestas!

Domingo para sentarte tranquilo y esperar. Para verlas venir, si vienen, y si no vienen, te las inventas como puedas.

De pronto de mi portal, sale el vecino con cara de marinero curtido, el mismo que vi salir hace unos meses, entubado y con botella de oxígeno y al que creí que ya no volvería a ver, ni salir, ni entrar. Ahora ya respira solo, y se le ve mas contento que un niño en una juguetería. Charlamos, me cuenta que es su primer paseo y que de fumar, se le pasaron las ganas, por el susto. Su mujer sonríe silenciosa un paso atrás y dos almas por delante… Me alegro por ellos, siempre es una buena noticia que alguien le gane un round a la parca, aunque todos sepamos que el combate final lo gana ella de calle. Ganar no ganaremos, pero guerra sí que daremos, dan ganas de corear.

En el interior de La Antigua Viña la novia roja y la musa existencialista -ex viuda negra- charlan apegadas al calorcito de la cocina donde trajina la cocinera magra y enjuta. Calor amigo el de las cocinas de los bares…
El parte diario, conversa animado en una tertulia improvisada entre los de la primera mesa -barra brava de La Antigua Viña y los primeros taburetes de la barra. Si quiere usted participar, hay un taburete libre, no se prive.

Suelo coincidir a la hora de comer con un vecino muy mayor que transita por el barrio cogido a su andador, tiene posiblemente un Alzheimer incipiente, además de Parkinson. Normalmente come con una buena amiga, tan mayor como él, que lo cuida, lo regaña, lo contiene… Hoy todos estamos alarmados por su retraso, en especial su amiga, finalmente después de varios intentos, consigue que él conteste el teléfono. Simplemente no tenía noción de la hora, dice que ahora sale y viene directo… Directo es un concepto demasiado sinuoso a veces, pienso.
Después de comer y en la terraza, comparto el humo de mi café con la caña de la gitana, rizos de oro, a mi derecha, y con la mirada inquietante de el mudo, que está sentado a mi izquierda, como el buen ladrón en el Gólgota.
Laura sale del portal a remolque de Ares, el galgo negro, amistoso y baboso, que ama la pernera de mis pantalones. Le pregunto por Abel, o mejor dicho por Nevado, el galgo blanco y malcarado, siempre a punto de dentellada, Laura me dice que a Nevado no le gusta el frío, y que cuando no quiere salir, no hay manera. Punto a favor de Nevado.

Domingo manso, sin aristas. Domingo para ver cine en blanco y negro, que es el color del buen cine.
Buena tarde, buen domingo y buen cine, a todas, todos!

Hospitales.

04/04

La Antigua Viña/

Día cuatro del cuarto mes del año, en el cuarto día de la semana. Si agregamos que estamos en el año trece y sumamos el uno y el tres tendremos el cuatro que nos falta para el póquer de cuatros.
Aunque no signifique nada, suena bien. Convierte este día en un 4×4, un todo terreno, capaz de afrontarlo todo, de subirlo todo, cueste lo que cueste la cuesta.

Pruebas rutinarias de hospital para hoy.
Tienen los hospitales la brutalidad de confrontarnos con el drama, mas que el teatro, que hoy por hoy, confronta poco y cuesta mucho. Tienen el olor del dolor, de la tragedia.
Al subir las escaleras a pie, te preguntas si las bajarás en camilla, o si ya no las bajarás.
Te sientas en la desconchada sala de angustias, mas que de esperas, o para decirlo con todas las letras, de esperas con angustia. Ensayas tu mejor cara de a mi no me pasa nada, lo mío es solo un examen rutinario de control, yo estoy sano, creo, me parece, al menos ayer lo estaba… Pero a tu lado ya se sienta el dolor envuelto en un atajo de huesos y pellejo y te desmoronas en un mar de síntomas solidarios.
La enfermera que me atraviesa la vena me reconoce y me saluda amable. Hace mucho que no lo veía por aquí, me dice. Yo sonrío torcido, y con ganas de decirle que mucho siempre es poco para volver a verla, pero me callo.
Al salir a la calle respiro la vida con ganas, o sea, enciendo un saludable cigarrillo y me vengo a instalar a mi mesa de La Antigua Viña.
La calle transita de espaldas al hospital, mientras estemos aquí, pienso, no hay enfermedad que valga, aunque la farmacia a tres metros de mi portal, tranquiliza tanto como intranquiliza…
Al rato de fumar mi café pasa la señora que estaba sentada a mi lado en la sala de espera del hospital, y ahora parece tan sana!, pienso.
Sentados a los pupitres de un aula, todos parecemos alumnos, sentados a la mesa de un festín, todos parecemos hambrientos, sentados a la mesa de una tertulia televisiva, todos parecemos idiotas. Pero sentados en la sala de espera de un hospital, todos estamos enfermos.
La próxima vez espero de pie. (ese tiene almorranas, pensarán entonces, los otros enfermos).
Buena salud a todas, todos!

Pascua.

01/04

Desde mi ventana/

Amanece este lunes de pascua pasado por agua. (Será por eso del huevo)

Hoy toca mona. Hoy toca mesa familiar, hoy le toca al abuelo, a la abuela romperse un diente con el premio. Hoy toca llover la siesta y llorar la tarde. O al revés.
Pero ahora es demasiado pronto, demasiado antes.

La calle está desierta, ausente de todo.
Lunes y la semana que no empieza. Lunes con alma de domingo.
Lunes! gritan los relojes. Que os den! respondemos todos y todas.
Lunes cierto! porque La Antigua Viña está cerrada. Domingo absoluto! me dice el corazón que te extraña. Lunes! insiste mi agenda. Domingo! me tranquiliza mi desayuno lento, leyendo los periódicos.
Pero llover llueve, decimos todos.
Día extraño, tierno por desamparado, día caído de esta semana que no llega.
Pero ahora es demasiado pronto, demasiado antes.

En las casas, se engrasan las cocinas, se animan los calderos, se pela, se corta, se macera. Se esconden los huevos en los cajones, en las librerías, dentro de un calcetín. Se lavan, se planchan y se almidonan los niños con sus ropas de domingo (Lunes!)
Pero ahora es demasiado pronto, demasiado antes.

Lunes de resurrección, dicen los creyentes, o mejor dicho, los crédulos. Domingo de yapa, dicen los ateos, los agnósticos.
Pero puestos a elegir, yo prefiero un lunes endomingado, que un domingo enlunado.
Finalmente, un domingo no es sino un lunes sin taller, sin oficina, sin fábrica, sin metros apretujados ni horas punta. Un domingo es un lunes como debiera ser.
Pero ahora es demasiado pronto, demasiado antes.

Buena pascua, buenos huevos a todas y a todos!