01/04
Desde mi ventana/
Amanece este lunes de pascua pasado por agua. (Será por eso del huevo)
Hoy toca mona. Hoy toca mesa familiar, hoy le toca al abuelo, a la abuela romperse un diente con el premio. Hoy toca llover la siesta y llorar la tarde. O al revés.
Pero ahora es demasiado pronto, demasiado antes.
La calle está desierta, ausente de todo.
Lunes y la semana que no empieza. Lunes con alma de domingo.
Lunes! gritan los relojes. Que os den! respondemos todos y todas.
Lunes cierto! porque La Antigua Viña está cerrada. Domingo absoluto! me dice el corazón que te extraña. Lunes! insiste mi agenda. Domingo! me tranquiliza mi desayuno lento, leyendo los periódicos.
Pero llover llueve, decimos todos.
Día extraño, tierno por desamparado, día caído de esta semana que no llega.
Pero ahora es demasiado pronto, demasiado antes.
En las casas, se engrasan las cocinas, se animan los calderos, se pela, se corta, se macera. Se esconden los huevos en los cajones, en las librerías, dentro de un calcetín. Se lavan, se planchan y se almidonan los niños con sus ropas de domingo (Lunes!)
Pero ahora es demasiado pronto, demasiado antes.
Lunes de resurrección, dicen los creyentes, o mejor dicho, los crédulos. Domingo de yapa, dicen los ateos, los agnósticos.
Pero puestos a elegir, yo prefiero un lunes endomingado, que un domingo enlunado.
Finalmente, un domingo no es sino un lunes sin taller, sin oficina, sin fábrica, sin metros apretujados ni horas punta. Un domingo es un lunes como debiera ser.
Pero ahora es demasiado pronto, demasiado antes.
Buena pascua, buenos huevos a todas y a todos!