De perlas y collar…

El collar de la abuela sin el viejo hilo que lo teje, no es mas que un puñado de canicas perladas destinadas a perderse, incapaces de enhebrar memoria ni herencia…
Ni aún recuperadas y guardadas celosamente en recipiente amoroso, ninguna de esas perlas por si sola, ni arrimadas, evocan imágenes de aquellas noches de fiesta y verano, titilando en el reflejo de minúsculas gotas de sudor y nácar, sobre la piel de su cuello blanco y fino.
Solo en la harmonía de esa línea, que es de seda, que atraviesa y une, se recompone el collar, y el collar recompone la memoria, y la memoria recompone la vida, y la vida es atravesada, como las perlas del collar…