10/07
La Antigua Viña/
Con la calma.
Manso anda el barrio, como un pulpo a la gallega, ablandado a golpes de este sol sahariano.
Pero igual se mueve, se despierta, se sacude la orfandad y la distancia como puede y se vuelca a sus tareas.
Temprano nos ha abandonado hoy la brisa, temprano entregamos la piel a los sudores, a los olores, que nos recuerdan que estamos vivos. De momento.
Pero el barrio si no la gana por batallas, la gana mansamente, resistiendo, remojándose los pies en las fuentes, remojándose el garguero con su café con hielo, su birra helada, y si me apuras, con su anís del mono que lo cura todo, desde el dolor hasta el calor, pasando por el amor.
Tiene este calor demasiadas ganas. Ganas de arrasarlo todo, de incendiarnos a todos y todas. Justos y pecadores ardemos igual bajo este sol de Atila. Cada quien construye su refugio donde consumirse, el mío sabe a café y tabaco bajo el parasol protector de la terraza.
Hoy las cajas, los carros, las maletas, los petates que campeaban a sus anchas el lunes, tienen asueto y se han quedado a la sombra quieta de los interiores. Andan hoy vecinos y vecinas con las manos libres, desarmadas, listas para el palmeo si se tercia, o el toqueteo si cuadra y les dan el entre. Andan las manos gestionando el libre albedrío, puestos a morir ardiendo, hagámoslo aferrados a la piel que quema.
Buenos sudores a todas y todos!