08/05
La Antigua Viña/
Las fechas señaladas tienen un misterio y una cualidad. La cualidad es que siempre llegan, el misterio se lo pone uno, al gusto, como la sal. Hoy te embarcas finalmente rumbo a esta Ciudad de los Milagros, que tan sabiamente bautizó Eduardo De Mendoza, aunque de milagros regalados no necesitamos, con que el tiempo juegue un poco de nuestra parte, nosotros ya los crearemos.
Hoy el sol saluda a los vecinos y vecinas de mi barrio, este, donde mañana perderemos juntos nuestros pasos subiendo y bajando la cuesta que tan bellamente cantó Joan Manuel Serrat. Voy a enseñarte sus lugares secretos, respirarás el aire del mar desde una montaña, descubrirás la perfecta sencillez de un café con hielo en las terrazas íntimas del Paral·lel, y en las madrugadas haremos sonar la nuestra en el coro sensual de camas crujidoras de este pueblo nada seco. Hoy girarás el firmamento para zambullirte en esta sopa de estrellas que no conoces y que alimentarán y alumbrarán nuestro insomnio. Mientras tanto mi casa se lava la cara para conocerte, mis palabras se lavan los dientes para saludarte, mi corazón desayunará mañana esas horas entre paréntesis, en que ya no estarás allí y tampoco estarás aquí, horas en que serás cuerpo en movimiento atravesando el mundo. Serás viajera, flecha que ensarta la distancia del tiempo, que es la mayor de las distancias, al decir de Tennessee Williams. Mañana te daré las llaves de mi casa. Las de mi corazón ya las tienes. Feliz reencuentro a todos y todas las viajeras, a todas y todos los que esperamos al otro lado de la puerta de todos los aeropuertos!