25/03
Bahía de Porto Mar/
Ella pasa. Ella pasa y se bambolea.
Ella fue joven, su bamboleo aún lo es. Es la molinera jubilada, la de la otra esquina, la del otro molino, ese que te dejaba con la boca abierta y sin pan, ese que encendía las luces del deseo cuando se apagaba el día, que molía variedades y endurecía las miradas de los hombres solitarios.
Ella aún es bella, ella fue tocada por los ángeles oscuros que le dieron esa luz que nunca se apaga.
Ella pasa haciendo girar su sombrilla roja de encajes, ahora que el viejo molino ya no gira. Ella convierte mi calle en su escenario. Ella sabe que la miro, que la espero para verla pasar cada día, ella me sonríe y los dos rejuvenecemos una vida.
Ella fue el cuerpo y ahora es el alma de este barrio que la ve pasar. Todos los vecinos y vecinas la saludan, y ella se deja saludar.
Ella guarda mil secretos de amor escritos en sus ojos y la sombra de mil cuchillos clavados en su corazón. Después de días de ausencia ella pisa las calles nuevamente, aunque no sean las de Santiago ensangrentada. Ahora cojea suavemente, levemente.
Hoy viste de blanco y es novia de la vida.
Brindemos por ella, todos y todas!