01/03
desde mi ventana/
Viernes. Ahora llueve y ahora también. Frío, gris. Tiempo de puertas adentro si se puede.
Si yo fuese una tía de Cortázar, ahora me tomaría un anís.
Pero la calle vive de necesidad, y hay que atravesarla, hay que trabajarla.
Paraguas, capuchas, y hasta periódicos sobre la cabeza, todo vale si hay que ganar el jornal. No hay clima que detenga la vida. Desde mi ventana veo a los vecinos y vecinas trajinar calle arriba, calle abajo, y una vieja pelando ajo, cantaba una canción infantil.
Viernes y empieza marzo, el mes de la liebre de Lewis Carroll, que es el mes del celo de todas las liebres en esta parte del mundo, y eso explica la locura de aquella liebre de marzo.
Y si tu haces de liebre, yo seré el sombrerero y juntos tomaremos el té, sumaremos letras, las multiplicaremos en palabras, les restaremos los puntos aparte, dividiremos los paréntesis en una coma y cerraremos el guión con un abrazo con beso debajo del cerezo.
El país de las maravillas en la Ciudad de los Milagros.
Viernes, día amigo, dijo Robinson Crusoe, y aunque llueva y hiele, aunque aún no estés aquí, digo yo.
Viernes en la cocina, en el salón, en mi escritorio y en mi estufa. Viernes en la terraza desierta, en cada gota de esta lluvia, en cada cabeza mojada de tanta espalda, en cada charco navegado, en cada puerto.
Viernes para embarcarse, para casarse, para descubrir mundos y amores, para romper la noche, hasta que amanezca al fin, de sábado todo.
Buen Robinson, dijo Viernes, a todas y todos!
Ni lunes, ni miércoles, fue EL martes.
Tampoco fue Viernes (que hubiese ayudado), fue sábado.
Un sábado de reparto hizo que EL martes volviese a ser el martes de siempre, y miró de reojo a la semana.
La peor semana necesita descanso, alcanzará con EL domingo….de Ramos?