15/02
La Antigua Viña/
Siete de la tarde, viernes. Al fin es viernes, era el título de una película de terror, aunque lo que en verdad ha sido de terror, es la semana.
Ahora con una temperatura casi agradable, fumo mi café en la terraza, con la vana sensación del deber cumplido, de los deberes hechos.
Los días empiezan a estirarse, y ya tenemos tantas horas de sol, como de oscuridad, en la calle hay menos bufandas, menos ropa a granel, menos armarios caminadores.
Sin embargo las terrazas siguen vacías, o casi. Cosa de los hábitos, pienso. Vecinos y vecinas se han acostumbrado a llenar las horas de las tertulias en la calle con otras horas interiores y ahora no encuentran el tiempo de sentarse en las terrazas, a verlas venir.
Dos niños se han colocado estratégicamente uno a mi izquierda y el otro a mi derecha y juegan a tirarse una pelota, que parece de trapo, por encima de mi cabeza. No se si me gusta especialmente el haberme convertido en una red de voleibol, pero me aguanto, entre otras cosas porque ambos tienen un buen saque alto, pero si me empelotan la cara, juro que convierto la pelota en un cojín.
De mi portal sale la parejita de invisibles, o sea, mis vecinos de pared por pared. Nadie los conoce, nadie los ha visto, nadie los oye. Quizá es que no existen. Quizá los he inventado yo, en alguna noche difícil.
Como todos los viernes en la esquina de Paralelo y Jaume Fabra, han montado las paradas de productos artesanales. Embutidos, mermeladas, pastas, tes, infusiones, chocolates… Una fiesta de sabores hechos con mucha mano. No me he podido resistir y me he comprado unas «coques de vidre» con su azúcar quemada por encima. Un regalo para el desayuno de mañana o para el hambre de hoy.
Noto como el cansancio me desfonda como a una silla vieja, la piel va deslizandose lentamente, hasta caer derrotada. Apuro el último trago del cigarrillo -el café hace rato que está apagado- y saboreo con placer la vuelta al hogar. Tomaré mi whisky sin hielo, fumaré lo que fume, escucharé los viejos blues de Blind Boy Fuller, y dejaré de pensar. Porque al fin es viernes.
Buen descanso a los que estén cansados, a todos, todas!
desde mi cama, a las 21h29,después de una semana tan llena y pesada como una caja de libros, a punto de empezar a ver una peli,te deseo una maravillosa noche de viernes,noche de whisky y música y espero verte en el finde.besos tío
«…después de una semana tan llena y pesada como una caja de libros…»
En esa frase acabas de de decir lo que yo quise decir y necesité casi un folio! Buen descanso sobrina!
viernes de cumpleaños…Besos, shorshi, te quiero