El día después.

02/01

La Antigua Viña/
El barrio recupera su rutina, y para dejarlo claro, todos los proveedores han llegado al mismo tiempo. Los de los dos bares, el de la farmacia, los de la tienda de ropa y los de la frutería. En la acera se cruzan los repartidores cargados con cajas de cerveza, de género de ropa, de fruta, de verdura y de medicamentos. La calle es un mercado improvisado. El aire es frío, pero el sol calienta.
El barrio se ha llenado de almas caminantes, que pasean arriba y abajo. Todos andamos con cara de haber perdido un año.
Me dais todas vuestras vivencias, todo lo perdido, todo lo ganado, y os dejo a cambio estas horas extrañas y vacías. Hagan su juego señores y señoras, quien da más? Traiga su año viejo y se lo cambio por un día y medio, libre de historias, un día vuelta y vuelta, listo para servir con sus penitas, sus alegrías, y un poco de perejil.
Y así estamos, en la perplejidad de no saber si hemos ganado el paraíso o hemos perdido la camiseta con los trileros.
Todo bulle, la calle, las tiendas, los vecinos, las vecinas, y las ollas en los fogones.
La Antigua Viña está a rebosar y ahora pugna por entrar a presión, un grupo de turistas, cargados de bolsas de tiendas de marca, Marina sonríe. En la terraza, solo estamos un servidor y el mudo.
El mudo es un extraño personaje, al que nunca le oí decir una palabra. Siempre toma un cortado, por lo que al llegar, Marina, o Tino, o Cesar o Daniel, el camarero ecuatoriano, se lo sirven sin necesidad de que lo pida -como a mi el café- Siempre se sienta solo y de lado, en dirección a las otras mesas, no a la acera y la gente que pasa, deja su paquete de cigarrillos en la mesa y sonríe pensativo y ausente.
El resto de parroquianos habituales, me parece que se quedaron en el año viejo, porque ni ayer ni hoy han aparecido.

El año será nuevo, pero seguimos comprando compulsivamente, igual que en el anterior. Hoy todos llevan bolsas y paquetes envueltos para regalo. Si hemos acabado el año con fiestas para dar y recibir, empezamos el nuevo con la vista puesta en la noche de reyes.
Pasa un nieto llevando a su abuela en silla de ruedas, sepultada por paquetes envueltos para regalo, pasa una familia al completo, el padre y la madre van delante, atrás, los niños hacen de pajes y van cargados con bolsas mas grandes que ellos, todos hablan al mismo tiempo, todos quieren comprar mas. Pasa una cartera vacía angustiada, buscando un cajero, pasa una mujer con una caja grande que ladra, un perrorregalo? Pasa un policía con una porra nueva, pasa un niño que lo mira con miedo.

El mudo ha acabado de tomar su cortado, ha fumado su Marlboro, ha sonreído todo lo necesario, y se ha marchado. Yo también he acabado de fumar mi café, así que recojo las palabritas sobrantes y las guardo en el bolsillo, a falta de una memoria mejor y también marcho.
Buen bullicio a todas y todos!

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