Cuarenta días. Sale el sol.
Lo de cuarentena debe ser un nombre artístico, porque si no mañana todos a la calle.
Eso, o estamos tan devaluados, que al cambio actual, un día de los tiempos de la peste equivale a siete de los de ahora, y en ese caso estaríamos hablando de cuarenta semanas, una preñez completa.
Ojalá que sea un nombre artístico.
Parece que en este Sant Jordi, Jorge o George -que para gustos los colores- todos somos la princesa encerrada en la torre esperando que algún príncipe venza al dragón de las narices.
Pero no, al buen decir de las muchachas de hoy y de los republicanos de ayer, a la porra con príncipes, reyes, coronas y demás virus reales, hoy, o salimos de esta por nosotros y nosotras con la ayuda de médicas, médicos, enfermeros y enfermeras, tan plebeyas ellas y ellos, como tu y como yo, o no saldremos. Pero cuando lo hagamos, hagamos que sea repúblca.
Que esta sea la última cuarentena en monarquía.
Maldito dragón tan verde y tan escupidor, que más parece un sapo, pero no el que trovaba a la luna, de un tal Alejandro Flores, y que se cantaba a bombo y guitarra allá lejos, sino a sapo de ciénaga putrefacta, infecta.
En esta fecha y por estos lares, es el día del libro y la rosa, que sin ser festivo las calles eran una fiesta, se llenaban de gente, de puestos de libros, de puestos de rosas. Maldito dragón.
Pero ha salido el sol, y eso después de una semana de grises y mojados es un regalo.
Feliç Sant Jordi, a tots i totes!
Cita: Sapo cancionero, zamba. Música de Jorge Hugo Chagra y letra de Alejandro Flores