Día noveno.
La primavera, como buena fullera, un día reparte soles y al siguiente bastos. O lluvias, que si no se le parecen, no es mi culpa. Hermoso día para quedarse en casa!
Lunes encharcado y gris, te miro desde dentro, y mi taza de café que humea por los dos y mi desterrada respiración, enturbian los cristales. Venga! si tú pones las nubes y la lluvia, yo pongo el vaho, y entre los dos recuperamos el invierno donde habitaron las caricias, los abrazos y las bocas ávidas de contacto y de palabras susurradas al oído. Venga, lunes! juguemos a médicas y enfermeros y curemos al mundo, mientras el lobo no está!
Al escondite, no, a ese no juego más, para qué, si ya estamos todos escondidos y nadie nos grita, Piedra libre!
Vayamos al puente de Avignon y cantemos, pero no sobre el puente sino debajo, todos juntos, al resguardo de su lomo protector, y a la farolera le levantaremos todas las barreras y la abrazaremos por su luz.
Mientras pienso a ritmo de tecla, el horizonte abre una brecha de luz severa que diluye los juegos de rodillas sucias, y restos de sueños entre los dientes y nos manda a hacer los deberes. Pongo una lavadora, friego la cocina, paso la aspiradora, eso sí, con cuidado de que con el polvo, no se aspiren los recuerdos chiquitos que deje desparramados anoche en el salón.
Buen martes y buena respiración, a todas, todos.
Nómades
Nómades seguiremos rodando entre árboles oscuros y ciudades vacías porque tu nacimiento y el mío forman parte de un terreno yermo que nos desconoce.
RVO
Querido Raúl, tu comentario me conmueve y me remueve hasta el alma. Abrazo inmenso.