16/01
La Antigua Viña/
Mas que vuelto, revuelto que me vengo a este lado del mundo, que por no saber que hacer, anda matando soles, quemando leña y criando lana, mientras que en el otro, el sol mas que morirse, te mata. O te abrasa y te insola, te desnuda, te despoja y te goza. Lo que no está nada mal, la verdad.
Cosas de los hemisferios y las estaciones.
Anda, en cambio, esta ciudad acurrucada en las faldas del invierno, como mi gata Flor se acurruca en mis faldas, y yo me acurruco al lado de la estufa. Mi moto en cambio hoy se acurrucó junto a su Doc, para que le haga el chequeo y para que le cambie un neumático, un freno, y le escuche los pulmones.
A mi, entretanto, me han crecido jerseys en el cuerpo, botas en los pies y un silencio hondo en el alma.
Un viento esencial se me ha cortado en el muelle del corazón, con tanto vuelo y geografía dando vueltas, y ando un poco a la deriva que los parió.
Idas, y vueltas que nunca lo son del todo, pues cada vez que uno se va, vuelve menguado, incompleto, casi amputado.
Partes de mi propia geografía que me va robando la distancia, como los caramelos que le robábamos al hijo de la quioskera, allá lejos, cuando los dulces se parecían al amor, y el barrio se extendía hasta los confines del mundo.
Luego le pondrás palabras a tus silêncios, colores a tus ańoranzas y amores a tus soles otoñales.
Porque es así, porque siempre nos levantamos y como la cigarra , volvemos a cantar al sol, mesmo a ese sol mortecino, vestido de jérseys.
Porque cada dia, con un pan y un chocolate, en mi caso, con una rica tostada y un café con leche , saímos a ganarnos la vida, a ganarnos los sueños y esa fantasía de que todo un día será redondito, tibio, fácil.
Porque somos hechos de mañanas, que plantamos ayer y hoy vemos florecer….
Yo que no abandono fácilmente mis cruzadas., continúo escribiendo.