Agradecidamente.

Agradecido. Por lo que tengo, por lo que no tengo, y por lo que no tendré jamás.
Agradecido por esta salud de hierro oxidada, herrumbrada y agujereada.
Agradecido por esos amores fugaces, que me han acariciado antes de volar y por esas horas mágicas que me abandonaron antes de empezar, siguiendo la estela de los amores volados.

Agradecido de ser yo, de habitar estos huesos y esta carne magra.
Agradecido por esta ingente cantidad de años que se acumulan bajo los pliegues de esta piel seca.
Agradecido por las derrotas que me han quebrado hasta los huesos del alma.
Agradecido y humilde hasta la soberbia.

Me niego categóricamente, con toda la fiereza que jamás tuve, a recriminar, a pasar cuentas, a darle alas al resentimiento, a inflarme e inflamarme de razones, de argumentos, de verdades.
No pienso justificarme, si de algo me arrepiento es solo de haberme arrepentido alguna vez.

Agradecido de vivir esta vida y de morirme tantas veces como morí.
Agradecido de haberme conocido.

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