Retazos del alma.

Mejor no lo vas a encontrar, me dijo.
Éramos jóvenes, sus pasos no estaban perdidos, todavía Sus ojos explicaban el mundo. Y yo crecía en la inteligencia de su mirada.
Luego fue Vallecas, la movida, y una sobredosis en el fin del mundo.

Tanto como puedo, tanto como sé.
Respiro, vivo, miro, escucho. Deseo, me río, me enfado. Me rompo. Me curo. Y vuelo.

Luego están el día y sus horas. Los momentos.

Mi día comienza tantas veces al día!
Como mi vida, que ha comenzado tantas veces. Pero nunca es la buena, nunca es aquella, esta!
Pero yo sigo tirando los dados marcados, gastados, como el gesto con que los tira, jefe, me dice el fullero al oído, mientras me hace el cambiazo, y otra vez, esta no es aquella!

Tanto como sé que puedo.
Seguiré dándoles el mejor aliento, la mejor batida. Buscaré el mejor ángulo de tirada y mientras los dados rueden el corazón seguirá latiendo. Y el día seguirá comenzando tantas veces como haga falta. Y yo seguiré inventando vidas.

O no.
O mejor dejo el azar a Balthazar, me aconseja Robert Bresson, mientras Campanilla canta desafinada en vena, que Peter Pan, fue Ícaro niño. 
Polvos por papelas, puta heroica!, grita Juana la loca.
Y mi corazón se rompe, pero mi vida sigue latiendo.

2 pensamientos en “Retazos del alma.

  1. Lectora dice:

    Nunca es la buena, pero seguimos tirando los dados, porque todavía y siempre pensamos que un día va a ser » el día «, y de allí para adelante, todo será diferente y entonces y entonces ….
    Aunque los rapapolvos sean más frecuentes que los buenos polvos , seguiremos colocando el corazón a prueba . Aunque sea para ver el sol nacer.

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