03/06
Lunes con cara de verano.
El sol inunda la habitación y el salón. Pinta las calles, pinta los árboles y los pasos de los pocos transeúntes que deambulan sin saber si van o vienen. O si ya fueron.
Bajo a la calle y doy un paseo entre el silencio y el olor a pan madrugador. Entre los pocos borrachos del alba que aún se tienen en pié y los currantes que avanzan las casillas de la semana, con el bocadillo cantando bajo el brazo y el hambre callando bajo la piel. Me cruzo también con algún turista madrugador disfrazado de explorador, que ríete del Dr. Livingston, supongo.
Paseo por los bordes del barrio y por los bordes de esta cabeza despierta, aunque no necesariamente lúcida.
Paseo por el rincón de los recuerdos vividos y por el rincón de los recuerdos inventados, pero aprieto la marcha y paso de largo del rincón de los recuerdos perdidos. Resuenan mis pasos en la calle y resuenan en mi memoria los tuyos, a mi lado.
Respiro hondo y el barrio se mete en mis pulmones, descascarando óxidos y otras soledades.
Lunes ya para mi, domingo aún para ti. Estas son las cartas, ahora tenemos que inventar el juego, pienso.
Mis pasos vuelven a casa como el caballo del borracho, y descubro que en mi ausencia, el sol ha fregado los suelos y ha opacado los espejos.
Suavemente despierto a mi cocina y la animo a encender sus hornallas, a tostar mi pan.
Buen despertar, buen lunes, buena semana, a todas, todos!