Corremos?

07/12

La Antigua Viña/
Hoy la calle avanza al trote.
Hay quienes lo hacen con pasos cortitos y rápidos, quienes, con pasos largos y atléticos, hay quien pega saltitos y avanza y quien pega saltitos y se queda en el mismo sitio, desolado. Los saludos son gestos en el aire, que cuando los ves, el saludador o saludadora ya no está, ha avanzado dos casillas en el tablero.
Pasa una familia en fila india, pegada a la pared, pasa una pareja en saltitos sincronizados, pasa un salto de bastón, pasa un cochecito de bebé fórmula uno, conducido por una madre con guantes de competición, seguidos de un carrito de la compra, conducido por un fumador de cigarros habanos, que intenta, infructuoso, de adelantarlos por la derecha. Pasa la cajera del supermercado con un joven que le lleva las bolsas, quizás sea su hijo, pero yo prefiero imaginar que es su amante. Pasa y me saluda el gigantón argentino del portal de al lado, pasa a paso lento, contra viento y marea, y la marea no lo sé, pero el viento a sus alturas debe de soplar el doble. Llega a mi portal el audiólogo del séptimo, tan triste y tan alto como mis aspiraciones, al mismo tiempo que sale Laura, con sus dos galgos a toda carrera, de momento gana ella, aunque en la curva de la esquina le dieron caza. Cosas de la velocidad.
Hay un niño detenido en el tiempo, que juega con un palo a torturar a una cucaracha que intenta escapar de su cruel destino y sueña con volver a la cocina donde pasó la noche.
Pasa un calvo con cara de boina, pasa una pareja de sordomudos jóvenes, hablando por señas y sus dedos se mueven a una velocidad endiablada, sus pasos son lentos.
El viento toma partido y sopla ráfagas violentas en contra de tal o a favor de cual. Pasa una perrita con abrigo rojo y capucha, mirando a diestra y siniestra temerosa de los lobos. Pasa una madre con sus hijos de siete o nueve años, ella es bajita, ellos son altos. Los tres miden igual.
El frío se ha ido metiendo por las perneras de mi pantalón y ahora ataca a mis instintos.
Pasa un papá Noel apurado con cara de llegar tarde al trabajo, pasa el ciego malhumorado que vende cupones de la ONCE en la esquina, con una ristra de billetes de lotería colgados de la solapa, como si fueran un ramito de albahaca, pasa una gaviota a vuelo rasante persiguiendo a la paloma de la paz.
Pasan dos jóvenes hermosas llevando entre las dos, una bolsa llena de regalos de navidad, tengo el impulso de esconderme en esa bolsa y que me pongan en su arbolito y entre las dos se repartan a este carbón.
Del interior de La Antigua Viña, sale una bufanda llena de migas de pan, imagino que serán para dejar un resto y encontrar el camino de vuelta. O de ida, vaya uno a saber.
Pasa mi siesta y me hace un guiño para que la siga.
Buen viernes, buen puente, buen frío a todos y todas!

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