19/10
La Antigua Viña/
Y la lluvia nos moja a todos y a todas.
Facundo Cabral cantaba: “Y si llueve, me mojo. Y no me enojo, porque no encojo…”
Hoy la calle juega al escondite. Vecinos y vecinas corren de portal en portal, de marquesina en marquesina. Se lo piensan, toman carrerilla, y salen de su escondite y corren hasta el siguiente. Unos se ríen, otros protestan, pero todos se mojan.
Para que el juego sea mas emocionante, se incorporan las baldosas-trampa y los charcos, así en cualquier descuido, la lluvia nos puede saltar desde los pies, mojándonos de abajo a arriba. Los pocos parroquianos que bajo los parasoles, reconvertidos en paralluvias, siguen con su tertulia en la terraza de La Antigua Viña, hacen apuestas sobre quien pisa ese charco o pisa esa baldosa escupidora.
Y mientras la lluvia lava las calles, los coches aparcados y las farolas, mientras riega los árboles, las plantitas de los balcones y las cabezas de la gente, el gobierno hace sus juegos sucios con la Esperanza (que nunca se fue del todo) de que también se laven.
Hoy la prensa nos avisa que se prohiben las fotos o vídeos de la “acción policial” en las manifestaciones, es decir de las palizas impunes, de la represión fascista, de la violencia de estado a ciudadanos y ciudadanas.
Pero la lluvia no es tonta ni de derechas, la lluvia no lava los juegos sucios.
La lluvia solo los moja.