16/10
La Antigua Viña/
Bienvenidos al día de la naftalina! Hoy la calle se ha llenado de los primeros abrigos. Cazadoras, jerseys, chales, conviviendo sin pudor, con las ojotas, las camisetas de tirantes o de manga corta…
Pasa una pareja, ella envuelta en un pañuelo palestino enroscado como una pitón a su cuello y botas para pisar bichos en la jungla, y él, con ojotas havaianas, camiseta y bermudas y sin embargo parecían felices.
Pasan pies desnudos, pies vestidos, pies envueltos, pies tapados, pero todos hacen lo mismo, todos caminan la misma calle. Las rebecas están a la orden del día, en todos los colores y modelos posibles, pero todas huelen igual: Armario y amor. Es decir, a naftalina.
El cielo es de un azul lavado y el sol es frío. Hoy cada quien vive en su propia temporada, hoy los relojes no dan todos la misma hora. Pasa una mujer joven con zuecos y calcetines de rombos, pasa un vecino con sandalias y camiseta roja y tirantes azules, pasa una mujer en silla de ruedas con una mantita a cuadros, que le tapa hasta los pies, pasa una mujer mayor con paso displicente, limándose las uñas de la mano. Pasa un jersey largo o un vestido corto, según quien lo mire.
Y pasan teléfonos, teléfonos y mas teléfonos. Inteligentes o tontos, pero todos albergan secretos, noticias urgentes, encuentros, despedidas y todos les hablan a sus dueños al oído, y yo recuerdo a Gonzalez Tuñón, que quería abrir toda la correspondencia del mundo, para ver si alguien decía una palabra, aunque fuese solo una, para él. Buen martes a todas y todos!