Domingo

14/10

La Antigua Viña
Domingo con sol de otoño. Las 12 del mediodía. La calle está tranquila, en las terrazas se sirven los vermuts, con sus tapitas, sus cañas, sus bravas. «Donde estarás mejor, rey?» Le espeta Marina a un parroquiano viejo, mientras le sirve primorosamente sus olivitas, su vinito y su cenicero verde, como el unicornio azul. Un desesperado intento de gritar: El mundo está en orden y que el sol salga por Antequera, si quiere. Pasa un grupo familiar al completo, vestidos para la misa y preparados para las hostias. Pasa una sombra sin dueño, pasan dos sonrisas y un cigarrillo encendido. Pasan preguntas sin respuesta, pasa un niño sabio. Pasa una nieta con mp3 y un abuelo sordo. Paso yo y me saludo. Sentado a mi mesa, me veo alejarme despreocupado y feliz. Pasa una niña con patines en linea, directa hacia un futuro perdido. Pasa el gigantón argentino de la portería del costado y me saluda, «chau, pibe!», Nos sonreímos y el mundo entero saca el pan del horno. Una niña aterriza de bruces en el suelo sin paracaídas. Pasa la mujer de mis sueños, justo cuando estoy despierto. Pasa un barrendero recogiendo del suelo los deseos perdidos en la noche del sábado. Llega Daniel, el camarero de La Antigua Viña, con una camisa latina, negra, con dibujos de fuego, rojos, dorados y azules y una sonrisa de «Victoria, hemos batido al enemigo!» Detràs llega Laura sin su galgo, pero igual llega con la lengua afuera. Y mil perros persiguiendo las bicicletas de cristal de Spinetta. Buen domingo a todos y todas!

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s