Ancho de banda.

No importa si el tiempo es largo o corto. Lo que de verdad importa es si el tiempo es ancho o estrecho.
Es en el ancho de banda del tiempo donde se juega la partida.
Hay quien dice que el camino cuando es mas ancho que largo, ya no es camino, que es planicie y poco mas.
Estrecho concepto del recorrido, digo yo.
No es lo largo del viaje lo que marca su trascendencia sino cuanto te ensanche.

Tienen los días, la misma largura de sol a luna. Es siempre en el costado de sus horas donde cabe todo o nada, según sepas bandear, derrapar, expandir.
Allí, habita el tiempo lateral, ajeno a los relojes. Es allí donde todo se vuelve remanso. Apacibles charcas de minutos empantanados donde mojarle los pies al alma. Allí te ofrece el camino la belleza de sus anchas caderas.

No señales con tus brazos la dirección del origen ni la del destino, extiéndelos a los lados, ábrelos como las alas del deseo, según la inexacta traducción de Der Himmel über Berlín de W. Wenders, abarca la vida en sus costados, no olvides que es eterna en cinco minutos, al trágico cantar de Víctor Jara.

Finalmente, siempre es a los lados del camino, que se extienden las acequias, donde los sauces dan sombra, y los matorrales nos invitan a tumbarnos deteniendo los relojes, mientras sol y luna continúan su incorruptible y previsible recorrido.

2 pensamientos en “Ancho de banda.

  1. Lectora dice:

    Es en el ancho del camino que nos sentamos a contemplar la vida, es en el ancho del camino que podemos también mirar atrás. Y es en el ancho del camino que encuentro un tiempo para leer tus postales que ensanchan mis caminos. Ellas solo caben en el ancho de mis días.

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